Dedicado a la Pachamama
Los Muiscas (del muysccubun: muysca; AFI: /mʷɨska/), llamados Chibchas en la época colonial (al igual que su idioma), son un pueblo indígena de probable procedencia centroamericana que ha habitado el altiplano cundiboyacense y el sur del departamento de Santander, en el corazón de la actual República de Colombia, desde aproximadamente el siglo VI a. C., y cuyos descendientes actuales viven en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y parte del de Santander. Una pequeña parte de su población está organizada en forma de cabildos indígenas en la ciudad de Tunja y en localidades del distrito de Bogotá como Suba, Bosa, Usme, Fontibón y Engativá, además de municipios vecinos como Chía, Cota y Sesquilé. Buena parte de la población actual de la Cordillera Oriental de Colombia es resultado del mestizaje entre los muiscas y otros pueblos, principalmente españoles.
La semana pasada tuve el privilegio de ser invitada por una familia perteneciente al resguardo Muisca de Cota, Cundinamarca. Estuve con ellos cuatro días y me gustaría mucho compartiros un poco de sus conocimientos, pensamientos, arte, cultura y su forma de vida. Como sabeís, nuestro proyecto pretende basarse también, en esta y muy importante cultura ancestral.
Os dejo esta traducción, escrita con palabras textuales que realicé al Guía Espiritual de la comunidad Muisca, José Pereira.

LOS CICLOS DE LA VIDA
SE CONSIDERAN CUATRO CICLOS IMPORTANTES A PARTIR DEL NACIMIENTO:
1º Ciclo
Niñez: (Serpiente) El niño debe tener un proceso de formación desde el vientre, para que cuando sea su momento de nacer, tenga ya una forma de reconocer todo su entorno. Este ciclo dura más o menos hasta los 13 años. Este tiempo es de investigación, aprendizaje y adaptación y se asemeja al camino de la Serpiente, un camino meramente ligado a la tierra, por eso el movimiento de la serpiente que va y viene como la vida de las personas. Ningún camino es derecho.
2º Ciclo
Juventud: (Jaguar) En este segundo ciclo, tanto en el niño viene el cambio de voz como en la mujer, en la niñas, llega su primera menstruación. Ya comienza su tiempo de juventud. Entonces el joven es mucho mas ágil, intrigado de cosas, quiere aprender más rápido, es más fuerte, es rebelde también. Este tiempo se asemeja al del Jaguar. El jaguar es rápido, veloz, ágil, fuerte, muy instintivo. El ciclo dura aproximadamente hasta los 26 años.
3º Ciclo
Entrando en la Madurez: (Cóndor) A partir de los 26 años se considera un ciclo ya de madurez, ya se es una persona que tiene más definido su camino, su vida, sus qué haceres, sus metas, propósitos y roles. Este se asemeja en los animales a la presencia del cóndor, ya que tiene una capacidad de definir entre esto sí, esto que sirve, esto que no sirve, pero a ver cómo lo transformo. Entonces se asemeja en estos tiempos a eso y dura más o menos hasta los 39 años.4º Ciclo
Madurez: (águila) Llega la madurez y uno ya está claro, definido, aunque siempre se tienen presente las experiencias y los aprendizajes de los ciclos anteriores, porque no por el hecho de ser adulto, se dejan de conservar cosas de los otros ciclos (niñez y juventud), sino que por el contrario, todo eso es un complemento. Esos ciclos no se pueden dejar como si no se hubiesen vivido, porque así nos damos cuenta que un mayor deja de jugar , deja de soñar con cosas. Aunque tenga las cosas muy definidas y esté muy cerca de lograr sus metas, estas se logran juntando todas las experiencias de los ciclos y por eso se asemeja en los animales al águila, porque ya se tiene una visión, ya se tiene claro lo que se quiere. Pueden presentarse muchas cosas pero ya se tiene el propósito definido y en aras de ese propósito, con la experiencia adquirida de los ciclos anteriores uno logra llegar. «Es eso lo que nos permite llegar».
Porque hay a muchos que no se les ha permitido vivir su niñez y pasa hoy en día, todos creamos expectativas, pensando «Que si cuando el niño tenga 15 años»… Hoy en día incluso no hay diferencias, no más miremos el vestido; una niña de dos años viste igual que una mujer de 30/40 años. Hay una moda generalizada. Todas esas particularidades, sobre todo en el vestir, ya que eso tiene una función en el cuerpo.
Miremos las mismas prácticas, ¿Por qué los niños nacen y sufren al nacer?, ¿Por qué la madre tiene que parir en los hospitales de una manera inhumana, forzada?. No se considera otra posibilidad desde la ciencia, sino que tiene que haber cesárea para que la mujer tenga sus hijos, cuando la mujer fue diseñada para que tuviera sus hijos de forma natural. Entonces es atemorizada, es un pacto riesgoso, debe prepararse es, para que la anestesien y abran su cuerpo y al abrir su cuerpo la energía en la mujer cambia. Ya no va a ser igual, así la cosas y le arreglen esas suturas que le hacen.
Todo lo que desde el parto tradicional se hace con los niños y con la pareja, que es una manera de purificar y alimentar la naturaleza ya no se hace. Sembrar su placenta de los niños, que ese es un gran tributo y una gran conexión con lo natural, no se hace. Por eso hoy al ser humano no le interesa la naturaleza, no le interesa la vida, porque no la siente como parte suya, la ve como un objeto, como un elemento, como algo de lo que se considera dueño y cree que lo puede explotar y destruir de la manera que quiera y así pasa en cada uno de los ciclos.
Ya no hay cercanía porque ya la familia se destruyó. Entonces un joven recibe consejos de los compañeros, de los amigos, pero ya no le habla al papá, no le habla a la mamá, los abuelos. Entonces digamos que hay una total descomposición, no hay una articulación intergeneracional que permita un dialogo, una convivencia bonita. Hay un fraccionamiento de la vida y sus qué haceres, no se vive en función de trabajar en lo colectivo para un bien colectivo, sino cada uno busca un aparente bienestar en lo personal, lo individual.
Los jóvenes ya se enamoran de otras cosas, de la ilusión, no de cosas reales; se enamoran de las formas, de tener unos medios y unos intereses que les satisfagan, cosas materiales. Ya no hay una formación, una guía, en el orden de la espiritualidad, en el conocimiento de sí mismo y eso era lo que antes estaba, toda una época de formación. La educación a partir del hogar, de la familia y del territorio.
Y entonces las personas que han tenido esto en la niñez, en la juventud.. su vida relacional es un fracaso, una continua pelea, un desorden, no tienen las cosas claras y viven totalmente ligados a un sistema que les condiciona cómo ser, cómo estar, cómo vivir, cómo producir, cómo sobrevivir y mucho más alejado inclusive de esas posibilidades de tener una vida interior, una espiritualidad, de conocer, de practicar. Mucho más alienado de otras cosas que realmente no le dan una claridad, una paz, una tranquilidad.
Entonces la humanidad se ha llenado de eso, de gente con mucho resentimiento, muchas prohibiciones, ilusiones, confusión de cosas y nada que realmente le permita tener esa posibilidad de autoreconocerce para entenderse que es parte de la naturaleza, que somos naturaleza. «Esto daría para que realmente este mundo cambie».
En estos tiempos que se habla de paz. La paz, ¿qué es la paz?, ¿cómo se construye?, ¿cómo se vive eso?. Creo que hoy en día las experiencias mayores o las tareas mayores que hay, es que hay que transformar esos sistemas, pero si no se puede hacer de manera colectiva, porque no es tan fácil, hay que sostenerlo desde lo que cada ser va encontrando, va sintiendo, va proyectando, va inspirándose para poderlo ser, poderlo vivir y esa sería una forma, una manera de la cual van a nacer las nuevas generaciones.
Los abuelos siempre decían “tiene que nacer el Cuí”, ellos decían “tenemos que purificar esta humanidad, hasta que nazca unas generaciones nuevas. Tiene que nacer la nueva gente y esa nueva gente, ¿para qué nace?, para retornar al origen.
